lunes, 30 de agosto de 2010

Branford Marsalis cumple 50

Los 'jóvenes leones' se hacen mayores. La llegada de Branford a la cincuentena sirve de pretexto a Nate Chinen para, con la perspectiva que da el tiempo, intentar elaborar un juicio equilibrado sobre la figura del mayor de los Marsalis, y de paso reabrir el recurrente debate en la blogsfera sobre el movimiento neoclasicista que sacudió la escena del jazz a comienzos de los 80.
Como bien comenta Chinen, no son pocos los factores que han jugado en contra del saxofonista:
- La excesiva precocidad: cuando ingresa junto a su hermano Wynton en los Messengers de Art Blakey, puede que no estuviera aún preparado para iniciar una carrera en solitario y mucho menos para un prematuro lanzamiento como la nueva revelación del instrumento.
- La pertenencia al clan: la alargada sombra de Wynton, con su retrógrada concepción del jazz y su cruzada contra todo lo que bajo su punto de vista lo alejaba de la pureza que había que preservar, y que culminó entre agrias polémicas en su parcial y manipuladora visión de la historia del jazz reflejada en el controvertido documental de Ken Burns.
- Su abundante exposición pública: es indudable que su colaboración con megaestrellas del pop (Sting) y otros devaneos comerciales, como su participación en el famoso show televisivo de Jay Leno, restaron credibilidad a su carrera jazzística.
Estos factores lo encasillaron para siempre en una posición conservadora que no parece corresponderse con los hechos (recordemos que fue el responsable del sorprendente fichaje por Columbia del incendiario David S.Ware). Por otra parte y en lo puramente musical, sus detractores inciden en que no ha logrado un sonido propio, limitándose a tomar como modelo alternativamente a Rollins, Coltrane o Shorter, y que por tanto difícimente podría dejar alguna huella entre las nuevas generaciones.
Esta actitud imitadora puede ser corroborada si se escuchan sus primeras grabaciones, pero a comienzos de los 90 Branford consolida un cuarteto ejemplar que suena como un tiro: Kenny Kirkland (piano), Robert Hurst (contrabajo) y Jeff 'Tain' Watts (batería) eran una sección rítmica imbatible en los terrenos del post-bop. Cuando se decide por grabar en trío, discos como The beautyful ones are not yet born le muestran con un estilo perfectamente reconocible (allí se incluyen algunos de mis temas favoritos en una onda ligeramente ornettiana: Roused about, Beat's remarks...), y esa trayectoria ascendente culmina a mediados de la década en The dark keys, una enérgica grabación casi ignorada por la crítica, pero que para algunos podría considerarse entre lo mejor de los 90 (léase al respecto el ilustrativo artículo de Ethan Iverson).
Puede que a partir de ahí y con su marcha de Columbia para inaugurar su propio sello entrara en un pequeño bache (la muerte de Kenny Kirkland en 1998 dejó un vacío en su cuarteto difícil de llenar), puede que a veces abusara de las baladas y sobre todo con el saxo soprano su sonido resultara algo empalagoso, pero cuando vuelve a los tiempos rápidos y apoyado siempre en la portentosa batería de Jeff 'Tain' Watts sus grabaciones siguen echando humo.

9 comentarios:

  1. Hola Caye

    Sobre Branford Marsalis no tengo tan claro que la sombra de Wynton le haya afectado tanto a él como músico. Otra cosa muy distinta es la percepción que pueda tener el público, pero creo que tanto en discos como en conciertos queda claro que hay un trecho largo entre BM y WM. Lo mismo va para sus trabajos con Sting y Jay Leno. El propio BM ha dicho que en lo que le afectó lo de Sting fue en la pérdida del "callo" con el instrumento.

    Dejando a un lado cuestiones estrictamente musicales, yo la impresión que tengo de BM es que es un tipo muy serio y muy exigente. Coincide en ciertas cosas con WM (como su opinión de cómo debe sonar el contrabajo) pero poco más.

    Y su grupo actual a mí me parece muy potente dentro de su onda. Les he visto un par de veces en directo, en una de ellas con Tain desbocado (rompió por lo menos 3 baquetas), y buf!

    F

    PD Enhorabuena por el blog, a todo esto. O gracias, más bien.

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  2. Hola Fer,
    A eso me refería, a como le ha afectado en su imagen pública. Lo de Wynton es que cada día es más retro, no sabemos dónde va a llegar, ahora anda con lo de la película de Louis Armstrong.
    Gracias por el comentario.

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  3. A ver Fer, ¿qué es eso del "callo"? Lo sueltas y a mi me dejas perplejo, se va y no nos lo explica a los pobres que no sabemos que significa...

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  4. Yo es que no veo que la relación con Wynton haya pesado tanto sobre Branford (al menos de cara a EE UU y Reino Unido - creo que lo primero que piensa la gente es que éstos no se llevan bien, por el rebote de Wynton cuando Branford y Kirkland dejaron su grupo para irse con Sting, aunque de eso ya hace ¡un cuarto de siglo!)

    En cuanto a la cosa retro de Wynton... en realidad creo que su problema no es lo que toca. En la cosa tradicional o revivalista ha estado metido Randy Sandke tanto o más que Wynton, pero aparte de que Sandke no ha sido el niño bonito de nada (como WM en Columbia), la diferencia es que no anda predicando "esto es lo válido y lo demás no". (Sandke es una referencia absoluta interpretando a Bix Beiderbecke, pero además hace música original suya siguiendo su propio sistema, el "metatonal", y acaba de publicar un libro sobre el tema racial en el jazz que se las trae, lo tengo pendiente de leer).

    Lo que pasa con Wynton es que está más guapo cuando toca (porque es cuando no habla), pero lo cierto es que se ha calmado bastante en los últimos tiempos, supongo que por la edad o el sustito de la boca de hace tres o cuatro años.

    F

    PD Coleman - quiero decir que perdió facultades, habilidad, etc. porque con Sting tenía que tocar cosas muy facilonas.

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  5. Sí, lo de Sting es cierto, y que Branford siempre ha marcado distancias con Wynton e incluso le ha criticado públicamente, pero sí que hay una idea de clan muy fuerte, se mueven en círculos muy cerrados, han grabado todos como la familia Marsalis (de hecho creo que tienen otro disco anunciado justo ahora), y le acaban de dar no se qué galardón a la Familia Marsalis, lo que ha levantado algunas iras, así que se les meta un poco en el mismo saco yo creo que es inevitable.

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  6. Has visto la carta que ha mandado Phil Woods al NEA?

    F

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  7. Sí, lo vi en el blog de Peter Hum, que también ha hablado mucho sobre el tema Branford, hay unos fragmentos de una entrevista muy ilustrativos, donde Branford dice que no aguanta oir sus primeros discos, que eran una basura.

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  8. To whom it may concern,

    I was absolutely thrilled when I was named a 2007 NEA Jazz Master. Just to be considered with musicians like Dizzy Gillespie, Thelonious Monk and Dave Brubeck was beyond my wildest dreams as a young musician coming up through the ranks. But to quote an old standard "The Thrill Is Gone.” I can understand your reluctance to award the NEA Jazz Masters award posthumously; what I can't understand is your naming a whole family as Jazz Masters. It makes no sense musically and as good as the Marsalis family may be, in my mind they are not the equals of the aforementioned giants. I think you have set a ridiculous precedent.
    What I find most disturbing is the new Marsalis Family CD (the release date is Aug 24 - ads are already running in the jazz magazines) with the profits going to the “Ellis Marsalis Center for Music.” This smacks of exploiting the NEA to maximize profit. I’m sure it is a worthy cause but find it troublesome. I have been the recipient of NEA largesse when they underwrote our production of my Children’s Suite in New Orleans earlier this year but this was a one-time event that was largely ignored in The Big Easy. As a matter of fact I used a good portion of my $25,000 honorarium to record a CD and DVD as well as present the Suite at our annual Celebration of the Arts (COTA) Jazz Festival.

    So as a matter of protest I will not be attending any further NEA Jazz Master events. You have tarnished the value of what was once considered one of America’s greatest symbols of achievement in jazz.
    Phil Woods

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