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martes, 12 de febrero de 2013

Harris Eisenstadt, el músico viajero


El batería canadiense afincado en Brooklyn nos ha visitado estos días en una mini gira interpretando con músicos locales temas de su quinteto/octeto Canada Day, rebautizado para la ocasión como Andalusia Day. Con este motivo le pudimos oir en una jugosa entrevista con Carlos Pérez Cruz en El Club de Jazz.

Basta repasar este blog para comprobar que Eisenstadt es uno de mis músicos predilectos de la nueva generación nacida en plena era del rock. Situado en un terreno intermedio entre tradición y vanguardia (si es que esta dicotomía tiene aún algún sentido), su música libre pero organizada puede considerarse heredera del espíritu de aquella tercera vía entre el bop y el free representada por Andrew Hill o el quinteto de Miles de los 60. No obstante, como buen alumno de Wadada Leo Smith, está siempre atento a innovar y no dudó en viajar a Senegal y Gambia para empaparse del legado de la percusión africana. Que se trata de un excelente compositor quedó más que acreditado con Woodblocks Prints. Aquella obra singular (para la que no ahorré adjetivos) no solo encabezó mi lista de favoritos de 2010 sino que fue también disco del año en la encuesta de críticos internacionales de El Intruso, a pesar del considerable handicap de haber sido editado solo en vinilo y mp3.

Canada Day es su banda más convencional en una línea post-bop de sonoridad muy cool. La tercera entrega del quinteto estuvo también entre mis favoritos de 2012 y junto a otras melodías memorables se cerraba con King of the Kutiriba, dedicada al recientemente desaparecido Mamady Ganfa, uno de sus maestros en Gambia.


Para la próxima primavera está prevista la publicación en Clean Feed del segundo disco del September Trio, que se completa con dos músicos que me encantan: Ellery Eskelin al saxo y Angélica Sánchez al piano. Una combinación saxo-piano-batería no excesivamente habitual aunque con larga tradición en la libre improvisación desde el emblemático trío Parker-Schlippenbach-Lovens hasta notables ejemplos recientes como Sleepthief y Paradoxical Frog, ambos con Ingrid Laubrock. Con ella tiende hacia una música más abierta y menos estructurada que la del Canada Day, pero con un marcado tono melancólico pleno de lirismo, muy lejos por tanto de la abstracción o la agitación que podría esperarse.


Pero aparte de otras muchas colaboraciones (Nate Wooley, Sean Moran, Mike McGuinnis) la gran novedad para este 2013 es el estreno de su cuarteto Golden State (en referencia a California, el estado donde se formó), que publicará disco este otoño en Songlines y que presenta una formación aún más infrecuente y arriesgada con su mujer Sara Schoenbeck (fagot), Nicole Mitchell (flauta) y Mark Dresser (contrabajo).


lunes, 4 de octubre de 2010

Harris Eisenstadt - Woodblock Prints (NoBusiness, 2010)

¿Puede convertirse un disco aparecido en un desconocido sello lituano y en una edición en vinilo limitada a 300 copias en la revelación del año? En estos curiosos tiempos que vivimos el boca a boca va camino de colocarlo en todas las quinielas.

El batería canadiense Harris Eisenstadt es ante todo un compositor excepcional y extremadamente activo al que le venía siguiendo la pista desde el estupendo The soul and gone (482 music), y que el pasado año tuvo una gran acogida con Canada day (Clean feed), a cargo de su quinteto.

Sin embargo, lo que ha parido aquí no se parece a nada conocido, ni siquiera a sus discos anteriores. La banda es un noneto con una infrecuente combinación de vientos: clarinete, saxo alto, fagot, trombón, tuba y corno francés, más guitarra, contrabajo y batería, con la que nos ofrece un jazz camerístico que parece una versión ultra-cool de la música de Henry Threadgill. Desde la primera escucha nos invade la sensación de estar ante algo asombroso, de ser testigos de una creación imperecedera. Los momentos mágicos se suceden, el emocionante The floating world, el majestuoso Hokusai, o el melancólico Andrew Hill, un tributo a mi músico favorito. Un disco escalofriante.