lunes, 22 de diciembre de 2014

Mis favoritos de 2014 (11-15)

11. Audio One, An International Report (Audiographic)
Ken Vandermark estrenó sello discográfico para presentar su enésima banda, extensión del noneto con el que rindió homenaje a Joe McPhee. El proyecto nació para explorar el repertorio de la AACM de Chicago y el BAG de San Luis plasmado en el álbum gemelo The Midwest School. Aquí reúne material propio que suena con la frescura de los mejores tiempos del Vandermark 5.

12. Paul Giallorenzo GitGo, Force Majeure (Delmark)
La segunda entrega del quinteto GitGo del pianista de Chicago confirma lo apuntado en su debut, una banda arrolladora con el mejor Mars Williams formando un tándem imbatible con Jeb Bishop. Jazz avanzado con un pie en la tradición que incluye como sorpresa final el infeccioso "Roscoe Far I", a ritmo de reggae, con el baterista Quim Kirchner demostrando que Hamid Drake crea escuela.

13. Howard Riley, To Be Continued (Slam)
El veterano pianista británico sigue profundizando en el exigente arte del piano solo. A diferencia de los recientes directos publicados en NoBusiness, en este caso se ha metido en un estudio para entregarnos un álbum largamente planificado. El resultado es de una madurez gloriosa, un disco atemporal en el que ha pulido su estilo sin dejar por ello de ser reconocible. Música celestial.

14. Jason Roebke Octet, High Red Center (Delmark)
Con un octeto que es un all-stars de la escena post-Vandermark de Chicago, Roebke toma el relevo de las bandas que han explorado terrenos similares bajo el liderazgo de Jason Adasiewicz o Mike Reed. El contrabajista logra un perfecto equilibrio mezclando temas más incisivos con baladas arrebatadoras de claros aromas ellingtonianos, siempre con un marcado neoclasicismo.

15. Kris Davis Trio, Waiting for You to Grow (Clean Feed)
La pianista canadiense es una de las habituales en mis listas de los últimos años. En 2014 nos ha regalado el esperado segundo álbum del trío estelar que forma con el contrabajista John Hebert y el baterista Tom Rainey, tras el prometedor Good Citizen. Disco de meticuloso perfeccionismo, ejemplo paradigmático de un trío de piano donde los músicos participan en plano de igualdad.

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