El sueco Mats Gustafsson es una de las figuras centrales del free europeo. En su inabarcable producción se dan cita desde la exploración más vanguardista en la senda marcada por la impro británica hasta los experimentos de ruidismo extremo que practica junto al ex-Sonic Youth Thurston Moore. The Thing, su banda estandarte con la que da rienda suelta a su sonido más salvaje, nació como homenaje a los clásicos del free (Don Cherry, Albert Ayler) pero con el tiempo se fue acercando a la estética del punk-rock, dando cabida a versiones de P.J. Harvey o los White Stripes y abriéndose a contribuciones de músicos de lo más variopintos.
El trío Fire! es un proyecto que ya desde su debut discográfico en 2009 se vislumbraba como su banda más descaradamente rockista. Tras un par de colaboraciones con los guitarristas Oren Ambarchi y Jim O'Rourke Without Noticing supone la vuelta al trío original que completan el bajo eléctrico de Jonas Berthling y la batería de Andreas Werliin. Además del saxo, más domesticado de lo habitual aunque no tan descafeinado como el que acompañaba a la cantante Neneh Cherry con The Thing, Gustafsson experimenta esta vez con el Fender Rhodes y la electrónica. Una especie de puesta al día del clásico hard rock y el kraut reinventados con ingredientes contemporáneos en el que no falta incluso la deliciosa balada Your Silhouette on Each y la clara inspiración bluesy de Tonight. More. Much More aunque lo más representativo sea el estremecedor sonido de temas como Would I Whip.
A comienzos de este año Gustafsson nos sorprendía con una versión super extendida del trío, la Fire! Orchestra es una big band de 28 unidades que reúne a la flor y nata del free nórdico entre los que cabe destacar el piano de Sten Sandell, el trombón de Mats Aleklint, o la tuba de Per Ake Holmlander y donde el primer plano se reserva a la presencia de tres vocalistas. La música que despliega esta singular agrupación se inspira en la tradición de experimentación de los Jazz Composers de Carla Bley o el Centipede de Keith Tippett, aunque la curiosa semejanza de la voz de una de las cantantes con la de Grace Slick a lo que remite inevitablemente es al rock psicodélico de los Jefferson Airplane. Exit! es una suite en dos movimientos, el primero una exuberante composición construida sobre un hipnótico riff de bajo, el segundo un audaz ejercicio que desemboca en un apoteósico clímax perpetuo bajo el gigantismo de una cuadruplicada sección rítmica y el vendaval sonoro de la desmelenada sección de vientos. Una obra monumental que no faltará en el inevitable repaso de mis favoritos de 2013.
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