El trompetista Wadada Leo Smith con su monumental Ten Freedom Summers, editado el pasado año en una caja de 4 CDs por Cuneiform, ha quedado entre los tres finalistas del premio Pulitzer de música, que finalmente ha sido para Caroline Shaw por la obra Partita for 8 voices.
El premio estuvo vetado al jazz y a cualquier otro estilo al margen de la música clásica durante la mayor parte de su historia, rechazando incluso una mención especial para Duke Ellington en 1965, hasta que en 1997 fue a parar a Wynton Marsalis por su obra Blood on the Fields, y una década después, en 2007, a Ornette Coleman por Sound Grammar.
Aún no habiendo alcanzado el premio, el solo hecho de que haya quedado finalista un componente de la AACM de Chicago, la agrupación que revolucionó el jazz a mediados de los 60 con la superación de los esquemas clásicos del free, es un síntoma esperanzador de que finalmente la historia acabará haciendo justicia con una serie de músicos: Roscoe Mitchell, Muhal Richard Abrams, Anthony Braxton, Henry Threadgill o el propio Leo Smith, que marcaron un antes y un después en el desarrollo del jazz y que son figuras de capital importancia con una enorme influencia en la escena actual.
Ten Freedom Summers es una obra grandiosa en todos los aspectos con sus casi cuatro horas y media de duración. Si para muchos críticos fue el disco más destacado del año 2012, para mí es tan apabullante que no tiene parangón al menos en lo que va de siglo. Pero su alcance va mucho más allá de lo meramente musical. Fruto de un trabajo realizado con un tesón admirable a lo largo de toda su carrera y cuyos primeros pasos se remontan a hace más de 30 años, sus 19 piezas agrupadas en tres bloques temáticos: Defining Moments in America, What is Democracy? y Ten Freedom Summers, recorren momentos clave en la historia del movimiento por los derechos civiles concentrándose en la década que va de 1954 a 1964, pero retrocediendo hasta un siglo antes y alcanzando hasta la tragedia de los atentados del 11-S.
Acompañado de su clásico Golden Quartet: Anthony Davis (piano), John Lindberg (contrabajo) y Pheroan akLaff (batería), ampliado a veces a quinteto con la baterista Susie Ibarra, y en ocasiones de una orquesta de cámara, la Southwest Chamber Music, Wadada construye una obra épica, densa y compleja, pero plagada de momentos de gran lirismo basados en simples motivos melódicos, a menudo enraizados en el blues, sobre los que el trompetista despliega un majestuoso tapiz sonoro. Un capítulo más en la profunda implicación de la música negra en la lucha por la justicia y la igualdad en los Estados Unidos con antecedentes no solo en el ámbito del jazz: del We Insist! Freedom Now Suite de Max Roach al Alabama de John Coltrane, sino en el del soul/funk: del A Change Is Gonna Come de Sam Cooke al Say It Loud - I'm Black and I'm Proud de James Brown.
Una de las piezas más emotivas de esta obra, Rosa Parks and The Montgomery Bus Boycott, 381 Days rememora el célebre gesto de la mujer que encendió la chispa de la protesta contra la segregación racial al ser encarcelada por negarse a ceder su asiento a un blanco en un autobús de Montgomery, Alabama.
Que maravilla, muchas gracias por compartir Cayetano
ResponderEliminar¿Te molestaría pedirte si podemos intercambiar enlaces? Mi blog es de crítica de discos y documentales musicales,
ResponderEliminarhttp://entreamimente.wordpress.com/
Esa es la direccion. Yo ya te puse como links amigos
Desde ya te agradezco y disculpa las molestias
Gracias a ti por comentar, no conocía tu blog, ya lo puse en mis favoritos.
EliminarMuchas gracias Cayetano!
Eliminarsi te animas, ya sabes. 5 de junio wadada en huesca, a solo. tp, electronica y creo que algo de un montaje de imagenes
ResponderEliminarEmpezaré diciendo que lo que voy a escribir está en las antípodas del espíritu de tu texto. En una entrada donde se habla de una obra monumental, donde se mencionan nombres propios del más alto nivel artístico, o donde se leen palabras como esperanzador, derechos civiles o revolución musical, no pega ni con cola lo anecdótico, subjetivo y peyorativo de mi comentario. Se trata de la decepción que me ha producido la escucha de lo último grabado por el gran Roscoe Mitchell " Duets with Tyshawn Sorey and Special Guest Hugh Ragin " Desde que me enteré de su aparición hasta que conseguí escucharlo pasé semanas en las que la espera se hacía interminable, y es que no solo se trataba de Mitchell, es que también estaban Sorey y Ragin y para mi eso son palabras mayores. Es posible que gran parte de mi decepción se haya debido a esas expectativas, no sería la primera vez que me sucediese algo así. También es posible que de forma inconsciente me formase una idea ( si así sucedió, ahora veo que equivocada ) de cómo iba a sonar ese proyecto. Y hasta no me sorprendería que el momento que elegí para su escucha no fuese el idóneo, lo cierto es que no me di opción, lo hice en cuanto lo tuve. El caso es que fue tal la decepción que me deshice de él sin haber completado la escucha de todos los temas.
ResponderEliminarSi os he contado esto es para pediros vuestra opinión, no he buscado en la red críticas de esta grabación, tan solo he visto que en allmusic lo califican con cuatro estrellas, lo que significa que quien las ha puesto opina que es " muy bueno ".
En compensación, por hablar de uno que sí que me ha gustado, y mucho, os diré que siguiendo con mi búsqueda de cosas de Alexander Hawkins he dado con un reciente concierto con su Ensemble celebrado a finales de este pasado febrero en Londres. Para no extenderme tan solo diré que aquí Alexander se limita ( que no es poco, claro ) a ser el compositor y director del ensemble, en el que entre otros está el trompetista Peter Evans a quien desde hace algunos años se le ve mucho por Londres.
Juanan, un disco de Roscoe Mitchell es una cosa muy seria, y si no lo has cogido en el momento adecuado hay que buscar otro momento, y hay que escucharlo entero, y las veces que haga falta. Eso sí, Roscoe no es precisamente un músico que vaya a lo fácil o a lo que el oyente espere, él va a lo suyo y a veces puede ser exigente pero para mí siempre merece la pena.
ResponderEliminarLo sé. Y no soy tan necio como para creer que es que Roscoe la haya pifiado. Si de mi anterior mensaje a quedado esa impresión es que me he expresado mal, por decirlo en plata, sería que la decepción se ha debido a que esperaba pasar un buen rato con su escucha y eso no sucedió, a estas alturas ni se me pasaría por la cabeza dudar de Roscoe, de él o de Sorey o de Ragin, pero ni de estos ni de otros muchos que a lo largo de los últimos años me han hecho pasar tan buenos ratos. Algo por el estilo se podría decir de la ópera que no hace mucho editó Braxton, y de la que por cierto, muy poco por no decir nada, he tenido oportunidad de leer en los blogs o webs que frecuento. Con esa grabación me ocurrió un tanto de lo mismo, no fui capaz de escucharla entera, y digo igual, ni se me pasó por la cabeza que Braxton la hubiese cagado. Soy muy consciente de mis limitaciones, y sé que " la culpa " es mía. Con Braxton, esas limitaciones van más lejos que con Roscoe, ya que aunque en el caso de esa ópera sería de esperar ( sería, es, y me temo que será ) por razones obvias, y lo son así para mi y seguro que también para los que me conocéis musicalmente hablando, ya digo, van más lejos porque aun a día de hoy soy incapaz de disfrutar de su Ghost Trance Music, todavía no aguanto por mucho tiempo cualquiera de los discos de esa caja de 9 cd's titulada Iridium que grabara hace 6 ó 7 años. Hay veces que esas nuevas vueltas de tuerca de cualquiera de estos monstruos me cuesta años poder sacarles provecho, pero hay otras veces que ni siquiera es cuestión de tiempo.
ResponderEliminarInsisto, espero vuestras opiniones. Me gustaría poder rectificar y algún dia decir que ya me gusta, no sería ni la primera, ni la segunda, ni la decimoquinta vez que lo hiciera, pero es que seguro que tampoco sería la última.