Más de 40 años después de la desaparición de Coltrane, Charles Lloyd sigue anclado en su estilo y en la búsqueda de la esencia de su espiritualidad. Su exacerbado lirismo y el típico sonido ECM nos despierta el recelo, con cada nueva entrega de su interminable lista de grabaciones para el sello muniqués, de que acabe convertido en una especie de adaptación de Coltrane para hilo musical.
Después de la gran acogida de su directo Rabo de nube, vuelve con la misma banda: Jason Moran al piano (que adapta su estilo emulando el papel de Keith Jarrett), Reuben Rogers al contrabajo y Eric Harland a la batería. La fórmula a veces funciona y algunos temas son incluso excelentes (Desolation sound, Mirror, y sobre todo la versión del Caroline, No de los Beach Boys).
Sin embargo, otros que no están a la altura (La Llorona, Tagi), un par de versiones fallidas de Monk (Ruby my dear es un fiasco en toda regla), y la repetición de temas ya grabados anteriormente van creando la inevitable sensación de que todo es demasiado familiar, excesivamente plano, y al final la escucha del disco completo se hace larga y algo tediosa.
Para interpretar a Thelonious Monk, hay que ser alguien muy grande, Lloyd en mi opinión no llega a tanto...
ResponderEliminarLa última vez que vi a Lloyd en directo, y no fui el único, estaba deseando que dejase de tocar para disfrutar con Moran, Rogers y Harland. Pedazo de rítmica la de estos tres.
ResponderEliminarO sea Pachi, que no soy el único que no soporta a Charles Lloyd. ¿No es así?
ResponderEliminarLos otros seguro que merecían la pena pagar la entrada.
Tanto como no soportarlo, no. Tengo unos cuantos discos suyos que me gustan bastante. Aparte está la cuestión de que siempre se suele rodear de muy buenos músicos: Keith Jarrett en su momento, Geri Allen, Moran y cía en su último grupo... Con lo cual el escucharlo, habitualmente supone hacerlo en muy buena (y recomendable) compañía.
ResponderEliminarEn lo del concierto sucedió que las comparaciones suelen ser odiosas... y si uno lleva a esa rítmica en esa forma en que estaban, entonces se convierten en muy odiosas.
Pero aquél no fue un mal concierto. Por fortuna Lloyd dejó mucho espacio para sus acompañantes...
yo le pegue una escucha rapidita al disco y me parecio especialmente plano. otros discos suyos si me habian gustado. quiza en otro sello sus discos no fueran nada del otro mundo pero si tuvieran algo mas de gancho de cara al oyente.
ResponderEliminarPues no conocía a este cuarteto, es llamativo que estéis deseando que el solista se calle para oir a la sección rítmica. Me pillo Rabo de nube a ver. Saludos a todos!!
ResponderEliminarHey! Aqui me tienes y me veras a amenudo! gracias por pasar, tambien soy un gran fan de Jazz, tengo otro blog donde hablo de Jazz, fotografia y sexo!!!!Pasate igualmente.
ResponderEliminarun abrazo
mi otro blog http://fourstrongswindsandsevenseas.blogspot.com/
Sí, ya lo he visto, muchas gracias por pasarte por aquí, estás en tu casa y siéntete libre de comentar, sugerir, criticar o lo que te apetezca.
ResponderEliminarPues a mi me gustó el disco. A primera me defraudó pero después le di una segunda oportunidad y me llegó al alma. En mi opinion no se debe hablar de tecnica, de temas que resultan familiares, de malas adaptaciones... cada persona tiene su vivencia, y los cuatro musicos que ahi grabaron seguro que tuvieron la suya propia. Y no por nada, decir ante todo que estamos hablando de jazz, de una expresión artística libre en todos los sentidos. No es el mejor disco, pero si me pareció muy bueno a mi gusto.
ResponderEliminarSolo intento reflejar las sensaciones que me produjo el disco. Un par de aclaraciones, solo reseño un disco después de oirlo varias veces y tener mas o menos una idea clara sobre él, que aún así muchas veces varía con el tiempo y las sucesivas escuchas, para bien o para mal, y todos los discos que selecciono me han gustado en mayor o menor medida, si no me hubiera gustado nada no lo reseñaría, solo que este me gustan más unos temas que otros por las razones que sean, subjetivas por supuesto. La objetividad no existe.
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