martes, 24 de agosto de 2010

In Memoriam: Fred Anderson

Hace un par de meses nos llegaba la noticia del fallecimiento de Fred Anderson.
Saxofonista de estilo construido principalmente a partir de John Coltrane, pero también con indudables ecos de Sonny Rollins, destacaba sobre todo por su poderoso sonido, que había modelado hasta convertirlo en su sello único e inconfundible siguiendo el ejemplo de los míticos Chu Berry o Gene Ammons. Improvisador infatigable, representaba a la perfección el modelo de músico auténtico e insobornable, fiel a sus raíces y totalmente ajeno a la búsqueda de la fama. Regentando sus propios locales, primero el 'Birdhouse', después y durante más de 20 años el 'Velvet Lounge', en el que organizaba y participaba en incontables jam-sessions, se convirtió en un personaje legendario de la escena de Chicago. Sin embargo, fue injustamente olvidado y escasamente grabado durante largo tiempo, quizás subestimado por practicar un estilo más cercano al blues y al bop que el de otros fundadores de la AACM, de la que él fue partícipe desde su aparición a mediados de los 60 en el seminal Song For, un disco con la que era realmente su banda, aunque acabara convirtiéndose en el debut de Joseph Jarman. Su grupo más estable fue un cuarteto junto a un viejo colaborador, el trompetista Billy Brimfield, con el que a finales de los 70 recorrió Europa grabando para oscuros sellos y con el que guió hacia el jazz a un batería de un talento descomunal: Hamid Drake.
Nos queda el consuelo de que su redescubrimiento a mediados de los 90 propició una prolífica serie de grabaciones y recuperaciones de viejo material que ha documentado su maestría más allá de lo que cabía ni siquiera soñar en los tiempos en que reseñábamos en las páginas de JazzRed aquellos discos que le ponían de nuevo en circulación.

Selección discográfica:
The Missing Link (Nessa, 1979)
Una de las pocas muestras reeditadas en CD del escaso material grabado por Anderson en los 70. El título hace referencia a su importancia como eslabón perdido que explicaría el salto evolutivo desde Ornette a la explosión creativa de la AACM. Circunstancialmente sin la presencia del trompetista de la banda, Billy Brimfield, el saxofonista dispone de más espacio para redondear un disco soberbio, con el que resulta incomprensible que no alcanzara mayor notoriedad.




Vintage Duets (Okkadisk, 1980)
Si hay un formato en el que se desenvolvía como pez en el agua, ese era el dúo saxo-batería. Originalmente grabado para un sello europeo, quedó inédito y hasta 15 años después no fue recuperado por Okka. La inagotable capacidad de improvisación de Anderson y la constante invención rítmica de Steve McCall hacen que no se echen en falta otros instrumentos. Más tarde las grabaciones con diferentes baterías: Robert Barry y Hamid Drake, confirmarían que este era su auténtico punto fuerte.





+ DKV Trio (Okkadisk, 1997)
Si hubo un personaje clave en la relativa popularidad alcanzada en los últimos años, ese fue sin duda Ken Vandermark. Aunque se trate de dos músicos de personalidades bien diferentes, en esta reunión Vandermark hizo gala de su probada capacidad para adaptarse a las más variadas situaciones. El resultado es fabuloso, especialmente en ese estremecedor dúo de saxos que hace de la versión de su clásico Black woman mi tema favorito de toda su discografía.

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