miércoles, 6 de octubre de 2010

Nola Darling, el primer Spike Lee


Por muchas y variadas razones Spike Lee es uno de mis cineastas favoritos. Dejando a un lado las indiscutibles Do the right thing y Malcolm X, mis preferencias se decantan por tres películas en las que su pulso narrativo alcanza momentos mágicos: el retrato del mundo de la droga Clockers, la historia en torno al baloncesto He got game (Una mala jugada), que pasó casi desapercibida en España, y la magistral 25th hour (La última noche), una cinta cuyas secuencias finales pasarán a los anales de la historia del cine.

En su deslumbrante debut, Nola Darling (título español de She's gotta have it), rodada en 1985 y estrenada el año siguiente, Spike Lee contaba con un notable desparpajo y en tono de comedia las andanzas amorosas de una joven negra que se resiste a comprometerse con alguno de sus tres amantes de personalidades completamente diferentes (uno de ellos interpretado por el propio Lee), una mirada centrada en la mujer, su afán de independencia y el papel de la liberación sexual en la puesta en cuestión de los roles tradicionales.

Se trata de una modesta producción rodada en blanco y negro (salvo una escena saturada de colores chillones) que remite por el tratamiento de las escenas sexuales a otra ópera prima: Who's that knocking at my door de Martin Scorsese, y que se inscribe, junto a la entonces reciente Extraños en el paraíso de Jim Jarmusch, en el renacer del cine independiente americano, participando todas ellas de la misma frescura y atrevimiento formal. La película es también un retrato de Brooklyn (se abre con la imagen de un cartel que aboga por su separación de los Estados Unidos), en el que los personajes ejercen de narradores y aportan sus puntos de vista hablando a la cámara como si se tratara de un documental (un recurso que recuerda a Woody Allen).

Uno de los elementos por los que me encanta el cine de Spike Lee es por sus espléndidas bandas sonoras, en las que naturalmente siempre ha estado muy representada la música negra, desde el jazz al hip-hop. Su colaborador más frecuente ha sido el trompetista de jazz Terence Blanchard, un músico capaz de firmar partituras soberbias fuera de los límites del género, como la que compuso para La última noche.

Sin embargo, para sus cuatro primeras películas, Spike echó mano de su padre, Bill Lee, un contrabajista de jazz que aparecía en numerosas grabaciones de folk-rock, incluyendo algunas tan míticas como el Bringing it all back home de Bob Dylan (en el clásico It's all over now, Baby Blue era el único acompañante del cantante). Éste reclutó para Nola Darling a contrastados músicos de jazz: Virgil Jones a la trompeta, Harold Vick a los saxos, Cedar Walton y Stanley Cowell al piano, Joe Chambers y Kenny Washington a la batería, y Ronnie Dyson como cantante en un tema. Con ellos firma un trabajo más que correcto que sin grandes alardes resulta plenamente efectivo, proporcionando la atmósfera adecuada a cada momento de la película y aportándole sobre todo un marcado tono melancólico.

2 comentarios:

  1. Uno de los grandes momentos de 25th hour: "Fuck You"

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  2. Ohhhh... es que me tocas la vena sensible. Desde que la vi (y me refiero a "25th hour") es una película que constantemente va y viene por mi cabeza. Emocionante y, de acuerdo contigo, con unas secuencias finales de quitarse el sombrero y saltar sobre él de placer. Acompañadas en este caso por una partitura de Terence Blanchard fascinante. Una idea temática que reitera durante toda la película pero funciona de forma emocionante.

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